Rubén Iglesias García. Concejal del Ayuntamiento de Ciempozuelos por «Ahora Ciempozuelos» | ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué es lo que ha pasado? Estas y otras preguntas nos hacemos cuando leemos algunos de los contratos firmados en el ayuntamiento de Ciempozuelos años atrás. Pliegos de condiciones de los contratos enrevesados y difusos. Empresas que se vuelven intocables amparadas por estos contratos.

Controlar el cumplimiento de sus condiciones se convierte en un laberinto sin fin que acaba siendo una misión casi imposible. Y si lo logras, muy posiblemente acabarás en un juzgado enfrentándote a algún reconocido empresario (https://www.diagonalperiodico.net/global/32354-millon-la-basura-ciempozuelos-denuncia-chus-alonso-european-cleaning.html) .

Se pueden cambiar muchas cosas en un ayuntamiento, podemos darle otro aire. Somos cercanos, puertas abiertas, otro talante, otra manera de hacer las cosas.

“Porque las cosas pueden hacerse de otra manera” fue uno de nuestros lemas de campaña. Sí, es verdad que las cosas pueden hacerse de otra manera, pero no se te ocurra tocar los beneficios empresariales si no quieres tener problemas.

“Gobernar es escuchar” sí, pero gobernar para la gente pasa por recuperar lo público, pasa por recuperar todos los servicios que los gobiernos del PP eliminaron o pusieron al servicio de intereses privados, con el cuento de que era necesario un recorte drástico en el gasto público, utilizando como excusa la deuda derivada de su propia gestión. Deuda amparada en unos planes de ajuste que trampearon sacando de los cajones facturas que sin ningún tipo de auditoría se metieron en un mismo saco.

Era el gran mito neoliberal; externalizar servicios públicos para recortar el gasto. ¿Por qué? Por que como todo el mundo sabe lo público no puede competir con la eficiencia del sector privado. Una afirmación que no puede faltar en el repertorio de todo gurú neoliberal. O en la mesa de todo buen cuñao. Nos quieren hacer creer que descontando el beneficio empresarial de la contrata de un servicio (supuestamente alrededor de un 6%) y el IVA aplicado a estos contratos (21%), aun así la gestión privada es más eficiente económicamente. No es cierto, existen numerosos informes del tribunal de cuentas e informes técnicos que dicen lo contrario.

Pero vamos a ir más allá, y para ser justos diremos que al hacer estudios de costes de algunos de estos servicios privatizados, nos hemos encontrado que nos cuesta llegar a los números que manejan las empresas del sector privado. ¿Alguien cree que para ofrecer esos costes han tocado su beneficio empresarial? Evidentemente no. Esta supuesta eficiencia tiene una contraparte que nos quieren ocultar y se llama precariedad laboral y servicios poco eficientes. Se llama contratos de 4 horas semanales por 167 euros brutos mensuales pagados con dinero público al fin y al cabo. Se llama hacer un ERE a 12 profesores de una escuela municipal de música para tener a una empresa de gestión cultural haciendo estos servicios. Así sí que algunas empresas consiguen ser “Eficientes”, recortando los derechos de los trabajadores y dando un pésimo servicio a la ciudadanía.

Nosotros no estamos aquí para que se sigan recortando derechos de los trabajadores, ni para que los vecinos sigan teniendo unos servicios públicos deficientes.

En el caso concreto de Ciempozuelos hemos decidido empezar este camino hacia la recuperación de lo público por la asunción con medios propios del servicio de jardinería, mantenimiento de fuentes y juegos infantiles.

Son varios los motivos de esta elección. En primer lugar, por una cuestión de oportunidad, puesto que el contrato en vigor finalizaba, por lo que no era necesario rescindirlo y asumir los costes en concepto de lucro cesante que esta situación puede generar en caso de que el contratista no esté de acuerdo con esta decisión.

En segundo lugar, en este contrato se dan dos factores determinantes; por un lado es uno de los contratos con un mayor coste de licitación del ayuntamiento (551.372,40 € anuales), tras los contratos de Recogida de residuos y limpieza viaria y el de limpieza de edificios públicos, lo que le supone también uno de los mayores ahorros. Si suponemos, como se decía anteriormente, un ahorro procedente de lo destinado al pago del IVA y del beneficio industrial de aproximadamente un 30% del coste de licitación, este ahorro se concretaría en aproximadamente 160.000€. Cifra coincidente con los cálculos exhaustivos hechos en los informes municipales.

Por último, la dimensión del servicio es asumible por la malograda estructura financiera del Ayuntamiento. Durante años ha sido práctica habitual en el ayuntamiento de Ciempozuelos el “pagar mal y tarde” a los proveedores. Esto permitió al ayuntamiento financiarse de manera encubierta a costa de los proveedores, sacando a su vez rédito en intereses de demora las grandes empresas que pueden hacer frente a los retrasos y hundiendo a los pequeños comerciantes locales. En cambio, cuando se asumen los servicios privatizados, el ayuntamiento tiene que hacer frente a los pagos de las nóminas mes a mes y, por ello, además del ahorro hay que tener en cuenta si la tesorería, la caja, está preparada.

La asunción con medios propios del servicio de jardinería no solo repercute en las cuentas municipales o en la calidad de los servicios, también debe mejorar las condiciones laborales de los trabajadores que prestaban hasta ahora el servicio. Más allá de la controversia jurídica que pueda existir en el caso de la subrogación de los trabajadores de una empresa privada a la administración, con voluntad política se puede conciliar el acceso a un empleo público en condiciones de libre concurrencia como marca el art. 61 del estatuto básico de los trabajadores, con el derecho a un empleo digno y a la estabilidad en el mismo, derechos recogidos en el art. 44 del estatuto de los trabajadores y en el art. 35 de la Constitución vigente.

Echando la vista atrás de estos dos años de gobierno municipal, podemos decir que la apuesta municipalista tenía poco de “asaltar los cielos” y mucho de echar el freno a la inercia de la institución, que cuenta con una maquinaria bien engrasada y una vías bien rectas para no salirse del redil. Echar el freno a la locomotora neoliberal y no intentar ser el maquinista del sinsentido.

Parece que empezamos a frenar, ahora toca construir nuestras vías, las de un Ciempozuelos en común.

 

 

 

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