Oscar Blanco | 14 detenciones. 20 registros en sedes de Consejerías y otros departamentos de la Generalitat y empresas. Unas 15 horas de movilizaciones masivas casi espontaneas. Ayer Barcelona y Catalunya vivieron un día que fue cualquier cosa menos normal. La ofensiva represiva contra el 1 de octubre se convirtió de facto en una intervención de la Generalitat con las cuentas de la administración catalana controladas por Montoro y la detención de cargos como Josep Maria Jove, secretario general de Economía. Desde antes de las 9 de la mañana comenzaba a llegar gente a la puerta de las 4 consejerías registradas por la Guardia Civil y corría la convocatoria. El centro de Barcelona estaba prácticamente colapsado ya a las 11h con más de media Vía Laietana cortada y un corte en Gran Vía a la altura de Rambla Catalunya. En este punto dónde se encuentra la consejería de Economía es dónde había el grueso más importante de manifestantes, ya eran unas 5.000 personas. Se fue convirtiendo en el lugar de la concentración en defensa de la democracia y las instituciones catalanas con Omnium y la Assemblea Nacional Catalana llamando a la gente a acudir. Por la tarde se llegó a las 20.000 personas concentradas y el registro de la Consejería se alargó aproximadamente hasta las 20h.

La CUP daba la alarma a las 13h: Policiales Nacionales de paisano y encapuchados se presentaban en su sede nacional del calle Casp, confiscaban material de dos coches preparado para repartirse y pretendían registrar la sede sin orden judicial. En poco tiempos varios centenares de personas llegaban hasta la sede para solidarizarse, rompían el cordón policial y hacían retroceder a los agentes. Varias personas de la CUP, entre las que se encontraba el ex-diputado David Fernández, mediaron con la policía para organizar un cordón que permitiera sacar dos coches de los policías de paisano que continuaron encapuchados en todo momento. La presencia policial de la Unidades de Intervención Policial de la Policia Nacional y algunas patrullas de Mossos en los cruces de la calle Casp con Sardenya y con Marina era numerosa y en actitud intimidatoria. También se pudieron ver diversos policías de paisano infiltrados en la concentración de apoyo. El asedio a la sede de la CUP se alargó durante más de 6 horas.

La organización independentista y anticapitalista pidió reiteradamente calma y una actitud pacífica e incluso distribuyó unas instrucciones para ejercer la resistencia pacífica en caso de intento de desalojo de la concentración para acceder a la sede. La Policia Nacional se negó a informar a una comisión formada por el equipo legal de la CUP, cargos electos y organizaciones defensoras de los derechos humanos de los motivos por los que se rodeaba la sede. Finalmente tras más de seis horas de concentración con unas dos mil personas y la presencia solidaria de diputadas de otras formaciones (como las anticapitalistas Sònia Farré d’En Comú Podem i Joan Giner de Podem), la policía se marchó y la euforia se apoderó de las presentes en la protesta al grito de “Els carrers seran sempre nostres” [Las calles seran siempre nuestras]. Una de las consignas más repetidas a lo largo de la jornada. Desde allí se desplazaron en manifestación cortando la Gran Vía hasta la Consejería de Economía dónde se añadieron a los miles de manifestantes que en ese momento escuchaban intervenciones de lideres de formaciones políticas y entidades soberanistas y actuaciones musicales.

En paralelo, Tarragona, Girona, Reus, Sabadell y otras ciudades catalanas vivieron a las 20h movilizaciones masivas y a las 22h una sonora cacerolada se pudo escuchar en los barrios y pueblos catalanes. También Madrid, Valencia, Cádiz y otras ciudades de todo el Estado vivieron movilizaciones a favor de los derechos civiles y contra la represión. La primera iniciativa solidaria se lanzaba desde “Madrileñ@s por el derecho a decidir” que abarrotaba la Plaza del Sol pese a las identificaciones policiales a las manifestantes y las amenazas de multas a las organizadoras. Después de las 23h Jordi Cuixart, presidente de Omnium, y Jordi Sánchez, presidente de la ANC, intervenían en Gran Via con Rambla Catalunya para convocar una nueva movilización hoy frente al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya exigiendo la libertad de las personas detenidas y para desconvocar la movilización a las 00h. Simultáneamente formaban un cordón de voluntarios que permitía acceder a los antidisturbios de los Mossos de Esquadra a la Consejería y se vivían momentos de tensión con gran parte de las manifestantes que temían que el cordón sirviera para que la Guardia Civil saliera de la Consejería.

Más de cuatro horas después de finalizar el registro los agentes de la Guardia Civil seguían sin poder salir entre gritos de “este noche la pasareis aquí” o “esta noche os vais sin coche”, en referencia a los vehículos policiales aparcados frente a la Consejería y que llevaban horas llenos de carteles, pegatinas e incluso con una tienda de campaña sobre el techo de uno de ellos. Pese a los intentos negociadores de Cuixart y en especial de Sánchez, que entró a la consejería hasta tres veces a hablar con la Guardia Civil, una parte destacada de la concentración se quedó al grito de “No pasaran” y “Ni un paso atrás”. Ya pasaban la 1:30h cuando se desplegaron los antidisturbios de los Mossos de Esquadra y, tras varios avisos, cargaron contra los manifestantes que bloqueaban la puerta para abrir espacio. Al menos un manifestante resultó herido de cierta gravedad con una brecha en la cabeza que le cubrió el rostro de sangre. A las 3:30h la Guardia Civil abandonó finalmente la Consejería.

Desde la mañana una idea iba cogiendo fuerza: la huelga general. Previo al 11 de Septiembre la IAC y la Intersindical CSC habían impulsado un manifiesto estatal de sindicatos en apoyo al referéndum del 1 de octubre. Estas mismas organizaciones habían propuesto la posibilidad de una huelga general en defensa de los derechos civiles, la autodeterminación y contra el autoritarismo si el Estado impedía realizar el referéndum y lanzaban desde la IAC la propuesta de una reunión abierta al conjunto del movimiento social, cultural y sindical para organizar un plan de movilizaciones que incluya una huelga general y social. La consigna ha sido coreada en las diferentes concentraciones y habrá que ver si consigue cuajar una apuesta de ese tipo pese a la posición un tanto ambigua hacía el 1-O de Comisiones Obreras.

La sensación de cambio de fase se podía palpar en el ambiente. “No sé si vamos a votar o no, pero el Procés se ha acabado seguro. Después de esto no se puede volver a la lógica de dilatar y esperar” comentaba un activista ya de madrugada frente ala consejería. Por la mañana, los estibadores de Barcelona decidían en asamblea no operar el buque Raphsody ubicado en el Puerto de Barcelona para albergar efectivos de la Policia Nacional y la Guardia Civil ni otros de esas características. Las estudiantes también cortaban la Diagonal o se concentraban por cientos en diferentes Campus con un acto central convocado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Miles de personas se concentran en los momentos de finalizar esta crónica frente al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Parece que hoy tampoco va ser un día normal en Catalunya.

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