Paqui Camacho | En esta carta me gustaría hacer homenaje y mostrar mi más profunda admiración a todas las mujeres que dieron la batalla por cambiar nuestras vidas así como a aquellas que siguen desafiando con su lucha el machismo y la precariedad.

Un buen ejemplo es mi compañera Marisa Iglesias. Separada y madre de dos hijos pequeños, que lleva seis meses peleando para volver a su centro de trabajo. Marisa ganó su caso, de cesión ilegal y despido improcedente ante el juez, debiendo ser re-admitida. Pero su vuelta está frenada por el voto de un concejal del PP en el Consejo de Administración de esta empresa pública. Mientras tanto, está cobrando una ayuda de 425 euros y a eso también lo llamamos violencia, por eso su lucha debe de ser también la nuestra, y debemos estar orgullosas de mujeres luchadoras como ella. También llamamos violencia a las condiciones precarias que sufrió mientras aún estaba trabajando, 4 años para una ETT, y año y medio para una intermediaria de Eléctrica.

Este 8 de marzo no solo recordamos su sentido histórico, la lucha de unas trabajadoras que murieron quemadas en una fábrica textil de Nueva York por luchar contra la desigualdad salarial. Este ocho de marzo tenemos que comernos las calles. ¿Por qué? Porque aún hay muchas Marisas, muchas mujeres que no se rinden, que luchan cada día por sacar a sus hijos adelante. Mujeres invisibles que, sin embargo, son capaces de desafiar y poner patas arriba a los que nos roban día a día, sea desde el gobierno o en nuestro trabajo.

En la vida te encuentras con situaciones que tú misma vives  desde que naces. Situaciones que te ocurren a ti, a las tuyas y a quienes pasan por tu lado. Si observas bien, son situaciones que nos ocurre a todas en mayor y en menor medida. Solo hay que fijarse para darse cuenta de todas esas cosas que parecen invisibles. Son cosas que apenas parecen tener importancia. Pero cuando las juntas, cuando las piensas con otras compañeras, no pueden volverse invisibles nunca más. En el camino que he ido recorriendo, me he encontrado con mujeres que no tenían ni la menor idea de la fuerza que se tiene cuando se trabaja y se vive en equipo: “SI TOCAIS A UNA, NOS TOCAIS A TODAS”.

Las que escogen este camino se encuentran, después de luchar contra los titanes, un panel que, en letras grandes y con imágenes, te advierte de lo que te vas a encontrar si sigues con la lucha: más desigualdad, más opresión, más acoso, más precariedad… Es como si de un castigo se tratase por salir de sus esquemas.
Con la incansable lucha de mujeres anónimas hemos ido consiguiendo derribar parte de la enorme muralla machista. Pero aún quedan muchas piedras que quitar. Hay muchos gigantes que intentarán aplastarnos. Tendremos que seguir enfrentándonos al miedo que se esconde en cualquier rincón, esperando que estemos a solas para envenenarnos y volver al espacio del que intentamos salir… Los dos titanes a los que nos enfrentamos son el patriarcado y el capital.

Así que este 8 de Marzo debemos de comernos las calles, los centros de trabajo y estudio para derrumbar ese muro, lidiar con los titanes,  cambiar ese panel y poner en letras grandes y con imágenes : ¡¡SI TOCÁIS A UNA, RESPONDEREMOS TODAS!!

 

Paqui Camacho es sindicalista y militante de Anticapitalistas Cádiz.

 

Puedes leer éste y otros artículos en el número 5 de la revista Poder Popular:

Revista Poder Popular #5

 

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