Marko Mastrocecco | El arresto de Mimmo Lucano es algo que ha ido más allá de cualquier sentido común. Un simple alcalde de un pueblo recurre a sus funciones para salvar vidas, y es arrestado con los cargos de favoreggiamento dell’immigrazione clandestina, términos que asocian los migrantes con bienes de contrabando.

«Varias veces, pacíficamente, y en términos que no podían ser equívocos, [Lucano declaró] que había protagonizado materialmente y en primera persona, la organización de matrimonios di comodo (combinados)». Esto es lo que dice el fiscal de Locri.

La revista estadounidense «Fortune» en 2016 incluyó al alcalde en el lugar 40 en el ranking de los 50 líderes más influyentes del mundo, y en el extranjero, Riace es un pequeño centro modelo de inclusión acogedora, sostenible y funcional.

Hasta ahora, Riace era famosa por una cosa: los Bronces. Son dos hermosas estatuas griegas del siglo V a.C. Descubiertas intactas en el mar en 1972, producidas por esa cultura de la polis griega en la que la hospitalidad era algo sagrado. Las estatuas de bronce se sacaron del fondo del mar y se consideran un bien de la humanidad, se recuperaron del mar por el que los tres continentes que lo rodean han extendido su cultura peculiar, lo que contribuyó a la posibilidad de un sinfín de combinaciones, que hizo la riqueza de esta parte del mundo. Aquí nació la democracia y la conciencia de que la principal característica de la naturaleza humana es su capacidad de adaptación, y por lo tanto su tendencia a evolucionar a través de una cultura que sabe cómo alimentar a todas las áreas de la vida, todas las naturales vocaciones humanas. Un concepto que se encuentra en las antípodas de la xenofobia y que concibe las fronteras como puentes (pontoi gr).

En 1998, un grupo de unos doscientos kurdos llegó con un barco de 35 metros desde Estambul. Se les asignaron casas que se quedaban abandonadas, y fueron acogidos en el pueblo. Desde entonces, muchos de ese grupo se han mudado a otros lugares del mundo, como refugiados políticos, pero para aquellos que se han quedado allí, han habido nuevos desembarques y el municipio ha pasado de 400 habitantes a 1800 en pocos años. Los que acusan a Mimmo no quiere reconocer que la repoblación del asentamiento está revolviendo la vida a un territorio abandonado.

El fiscal acusa a Mimmo Lucano de haber actuado con fines lucrativos, porque es la única forma de presentar este episodio a la prensa sin que todos se den cuenta de que este arresto marca el comienzo de un estado fascista. Durante la campaña electoral, Salvini declaró que el problema real, más que los inmigrantes, es representado por aquellos que los ayudan. Está respetando sus promesas al iniciar la persecución de aquellos que desobedecen en nombre de la dignidad humana.

Los medios italianos cuentan la violencia contra los inmigrantes (cuando es inevitable contarla) como la acción de locos, personas desesperadas por el desempleo o gente que se hace justicia por si misma frente a presuntos robos o violaciones. Pero, por supuesto, guardan silencio sobre las razones subyacentes: ¡esta violencia es institucional y está dirigida conscientemente contra la clase trabajadora!

Foto del sitio web Italia che cambia (Italia que cambia): http://www.italiachecambia.org/2016/05/migranti-riace-utopia-normalita/

El caso de Sacko Soumali es ejemplar. Inmigrante regular de Malí, obrero y sindicalista de base, asesinado allí en Calabria con un tiro de escopeta desde una gran distancia. Quien disparó quiso cometer una masacre. Soumalia vivía en uno de los campamentos, al igual que otros 4000 trabajadores de la zona. En Riace, la comunidad apoyó a la familia y amigos de Soumalia, exigiendo justicia, pero a pesar del hecho de que sospechaban la identidad del asesino, el moviente xenófobo se descartó de inmediato.

Nos enteramos de que, en realidad, el Sur no es una periferia, sino que es precisamente donde se está combatiendo de la manera más efectiva la política neofascista europea. Es en estas regiones es donde puede surgir el problema más peligroso para la Lega y sus emuladores europeos, donde la riqueza es demasiado pequeña para fomentar las envidias de la gente, donde todo el mundo tiene por lo menos un pariente emigrante, donde nadie cree en la retórica fascista por la que “los italianos que fueron a trabajar fuera eran trabajadores, mientras que los migrantes de hoy solo buscan subsidios”. Con muchas personas en el sur esto no funciona, porque pueden ver en primera persona que estos migrantes trabajan muy duro y que los capitalistas que los explotan ahora no son mejores que los que nos trataron a los italianos como animales.

Riace ha abierto los ojos ante la hipocresía de quienes son visceralmente racistas en Italia, y hablan de inmigración con tono paternalista, pero también de aquellos que quieren impedir que cualquier tipo de organización popular se ocupe del flujo migratorio causado por el sistema financiero global, especialmente aquellos que funcionan bien y se basan en el sentido común. ¡Son terriblemente contagiosos!

Las causas de estas huidas de población hasta la costa norte del Mediterráneo son precisamente las políticas europeas: el decreto dignità, sobre las dislocaciones de empresas fuera de la UE, es la típica farsa de la burguesía italiana. Es un engaño, una ridícula tertulia cuando habría que enfrentarse a la necesidad de cuestionar el sistema energético europeo, con toda su extracción en África Estas personas no quieren admitir que si no cambia esta relación de servidumbre, nuestro continente tendrá que volver a mezclarse con los vecinos.

En Riace, la gente honesta debe luchar contra dos monstruos: el Estado y la Ndrángheta, la poderosa mafia que tiene su cabeza aquí en Calabria y sus tentáculos en todo el mundo (la Masacre de Duisburg reveló su alcance internacional). La sangre de trabajadores y sindicalistas (¡pero también de algunos sacerdotes!) ha empapado las tierras del Sur durante décadas, y la perversa economía local siempre ha aprovechado de la mafia en contra de los trabajadores que exigían el reconocimiento de sus derechos. Pero esta tarea, detener a un alcalde (para asustar a todo el pueblo), era tarea del Estado.

Lo que hizo Domenico Lucano debe ser considerado un acto heroico, porque su propósito era el más noble de todos. En Riace 5000 personas salieron a la calle gritando «todos somos inmigrantes ilegales» y «Lucano no se detiene», con la pancarta “el mundo lo ama, Italia lo arresta”. Confiamos en que Mimmo sabrá defenderse, y que pronto será libre. Riace resistirá gracias a la solidaridad de todos los pueblos del Sur, y de toda Italia. La manifestaciones de solidaridad se están multiplicando por toda la península con millares de personas que manifiestan su apoyo, nadie puede quedarse indiferente delante de este acto cobarde. Este apoyo puede representar la base para cambiar esta ley racista e inhumana. Se puede empezar a cambiar el mundo desde los sitios más inesperados.

 

* Imagen de portada difundida por la ONG Baobab en Facebook.

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