Pepe Mejía | Hay que tener mucha cara, mucho morro y poca vergüenza para que el representante del Estado -por fecundación- de una monarquía anquilosada, que tiene a miembros de su familia condenada y en prisión por corrupción y que mucha de su actividad (secreta y nada transparente) se desarrolla en medio de coimas y sobornos, vaya a un país y exprese su apoyo a combatir la corrupción.

Conocí la noticia a través de un buen amigo y compañero de luchas y penalidades. No me lo creí hasta que lo leí. Y es que las mañoserías de la actual monarquía no tienen límite.

El heredero de la jefatura de Estado, por orden de un dictador y genocida, no es la persona ni la representación idónea para combatir la corrupción. Y menos aún en un territorio, como Perú, que está enfangado de corrupción desde los tiempos de la colonización. En nuestra retina sigue fijada ese memorable hecho histórico del pago de rescate, exigido por los españoles, para liberar al inca Atahualpa en Cajamarca. El pueblo pagó el rescate, los españoles se apropiaron del tesoro, no dejaron libre al inca y lo mataron.

La incongruencia del ofrecimiento en Lima es como la que vivimos en tiempos del emérito. Por la mañana decía a los jóvenes en paro (desempleo) que se ajusten el cinturón, que hagan sacrificios, y por la tarde, el emérito disfrutaba en África de una caza de elefantes de gastos millonarios. El mismo emérito, padre del actual representante del Estado, que ha sido acusado por su ex amante, Corinna, de cobrar comisiones al intermediar en contratos para empresas (ABC, diario monárquico, 14 de julio de 2018). El mismo emérito al que el juez Egea ha abierto una pieza separada para investigar presuntos delitos contra la hacienda pública, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y cohecho (El Español, diario conservador, 23 de julio de 2018).

En su reciente visita a Lima, y en presencia del presidente de Perú Vizcarra, Felipe VI ofreció el apoyo de las empresas españolas al “crecimiento económico equitativo, competitivo y sostenible”. No sé si el heredero del trono se refería al “ejemplar comportamiento empresarial” de su cuñado Iñaki Urdangarin -hoy en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila) y negociando actualmente el cambio de prisión ante la venida del invierno en donde la temperatura baja a menos cero grados- al apropiarse de dinero público. El cuñado del rey recibió cuatro millones de euros del govern de Balears a través de su empresa Nóos. Recibir dinero público y metértelo en tus bolsillos, por la cara, fue un hecho que también salpicó a su esposa, la infanta Cristina, hermana del ilustre y regio invitado de Vizcarra en la capital del país andino.

¿Cómo es posible que el miembro de una familia, que está metida hasta las cachas en casos de corrupción, vaya repartiendo consejos y asesoramiento para combatir la malversación y el pillaje de fondos públicos? ¿Será que conoce de primera mano los vericuetos y secretos de las empresas pantalla, de cuentas opacas, coimas y demás cambalaches?

Según los papeles de Panamá, la hermana del rey emérito y tía del actual rey, Pilar de Borbón, tiene una sociedad opaca en un paraíso fiscal. La relación de Pilar de Borbón con Mossack Fonseca se remonta a agosto de 1974, un mes después de que el entonces príncipe Juan Carlos asumiera de forma interina la Jefatura del Estado debido al empeoramiento de la salud del dictador Francisco Franco. Es entonces cuando la infanta se coloca al frente de la sociedad opaca denominada Delantera Financiera, creada en 1969 y disuelta el 24 de junio de 2014, cinco días después de que Felipe VI fuera proclamado rey de España tras la abdicación de su padre.

¿Cómo se puede ir por allí y decir que soy muy “español” y tener a mipadre con una cuenta en Suiza? El rey emérito aparece también vinculado a cuentas en paraísos fiscales que un medio español desveló en 2013. Parece ser que el padre de Juan Carlos I, don Juan, tenía acumulada una fortuna de 728 millones de pesetas (aproximadamente 4.375.000 euros) en una cuenta bancaria en Suiza; de dicha cantidad el monarca emérito percibió como herencia unos 375 millones (aproximadamente 2.250.000 euros).

Asimismo, el nombre de Juan Carlos I también se asocia a unos depósitos en paraísos fiscales al estallar el caso de corrupción Gürtel -que afectó de pleno a toda la cúpula del Partido Popular (PP) de la comunidad autónoma de Valencia-, a raíz del cual se reveló la existencia una cuenta opaca denominada ‘Soleado’, radicada en Suiza, en la que, gracias a ella, muchas personalidades españolas mantenían ocultas sus fortunas de miles de millones de euros evadidos de la hacienda nacional.

Hoy por hoy la monarquía española no tiene ninguna credibilidad. Cada día aumenta la desafección no sólo a la institución monárquica sino a sus miembros. La ciudadanía cada vez se pregunta ¿para qué sirve esta monarquía que nos cuesta dinero mantenerla y que además nos roba nuestro dinero?

Por esto y otros motivos se está extendiendo como una mancha de aceite la convocatoria de consultas o referéndums para preguntar a la ciudadanía si quiere república o monarquía. El próximo 2 de diciembre es la cita y se podrá tener un barómetro muy ajustado de lo que la ciudadanía quiere y desea. Hoy toca ampliar esta iniciativa que se está impulsando por cientos de colectivos y personas a título individual en la capital del reino. La monarquía ya no nos representa.

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