Lucía Segura y Toni Sánchez-Tirado | El miércoles 14 de noviembre, Anticapitalistas Islas Baleares organizó en Palma una charla-coloquio “Transiciones a una economía post-capitalista” a cargo de Jesús Rodríguez González, profesor de economía y militante de Anticapitalistas. Al acto acudieron unas 50 personas: militantes y simpatizantes de Anticapitalistas, compañeras/os de Podemos, estudiantes y muchas otras personas interesadas en pensar y debatir sobre un sistema económico diferente al capitalismo depredador.

En un espacio tan amable e inspirador, muchas fueron las ideas que se plantearon, compartieron y debatieron, quedando pequeña la “Tertulia café y teatre” de Palma para incluirlas todas.

En la introducción Jesús hizo referencia a la dificultad para entrar en el tema ante la reciente victoria de Bolsonaro en Brasil: qué complejo imaginar, se pensó en colectivo, un mundo y una economía post-capitalista cuando el fascismo está en auge en tantos territorios. A pesar de esta dificultad, es importante imaginar y difundir fundamentos de cambio y de transición del capitalismo voraz actual a una economía diferente, feminista, ecologista y que garantice la dignidad y los derechos de los y las trabajadoras. Fundamentos que lleguen a la población general y que den respuesta a problemas y cuestiones inmediatas (y no tan inmediatas) que dibujen ese horizonte que anhelamos.

Cuando se habla de acabar con el capitalismo muchas personas están de acuerdo porque comparten que es un sistema contra la vida y el bienestar, por lo que es muy necesario encontrar un discurso que ofrezca esas alternativas y que convenza, y ese es el gran handicap. En la construcción de ese relato es básico entender que en diferentes realidades y territorios hay que ofrecer y proponer diferentes respuestas en función de las particularidades de cada situación: ya no son válidos los discursos que ofrezcan “una alternativa única” para todas las situaciones, porque está más que esa idea es caduca y conduce al fracaso.

Para terminar cabe destacar una idea que se introdujo en la charla y se amplió durante el debate: nos tienen hablando (sí, a nosotras y desde nuestros propios espacios) de “cómo conquistar el pequeño recoveco detrás de la escalera cuando lo que hay que hacer es expropiar la casa”. Porque el capitalismo es un sistema económico profundamente ideológico, llevándonos a una utopía distópica, y haciéndolo incompatible con la vida. Con esa vida de miles de millones de personas que viven con menos de un euro al día, con la vida de cientos de millones sin acceso a recursos básicos ni casa, arrebatado por la verdadera minoría peligrosa. Es utópico porque no está en ningún lugar y está en todos porque es imposible. Imposible a nivel fáctico y global, a la vez profundamente ideológico, ya que no deja márgenes para que las mayorías establezcamos los modelos fuera de sus límites.

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