Marta Macías Amérigo | La Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha sido objeto a lo largo de este último año de abundantes escándalos, como los casos de los másteres de Cristina Cifuentes, Pablo Casado o Carmen Montón, así como el caso de los plagios del anterior rector, Fernando Suárez. Tras la última propuesta del rectorado para reordenar a los docentes, las estudiantes han reaccionado.

El pasado 13 de febrero, tras una asamblea al que acudieron más de 700 alumnas, se ha convocado una huelga del 18 al 22 de febrero, con un encierro en Rectorado el día 21, una concentración el 22 y una propuesta de moción de censura.

Este plan pretende “modificar una serie de grados como forma de racionalizar la docencia”, reorganizando a los docentes en distintos campus, llegando incluso a la extinción de grados como ADE, Derecho, Relaciones Laborales, Trabajo Social o Turismo. Otras medidas implicarían el traslado de licenciaturas como Marketing, Relaciones Internacionales, Bellas Artes, Arquitectura o Traducción e Interpretación a distintos campus; Fuenlabrada, Aranjuez o Móstoles, alterando la vida cotidiana de los estudiantes o incluso trasladándoles a campus que no tienen los servicios suficientes para el correcto desarrollo de su carrera. Todas estas modificaciones rompen las condiciones acordadas entre el estudiante y la universidad a la hora de entrar al grado, vulnerando el derecho a la docencia justa.

Esta propuesta pretende entrar en vigencia el próximo viernes 22 de febrero, impidiendo cualquier margen de reflexión o acción, y además siendo tratado por el Consejo de Gobierno, formado por una treintena de personas entre las que solo hay cuatro estudiantes.

El Consejo de Estudiantes, así como la asociación URJC Crítica recriminan a la universidad la falta de transmisión de la información, así como la velocidad con la que se ha lanzado y se pretende aprobar una medida que afecta a tantos estudiantes. Estos son los motivos por los que se decidió lanzar una propuesta de huelga, que como ya se ha comentado arriba, fue aproada por amplia mayoría.

Asimismo, la asociación ya mencionada ha vuelto a proponer una Moción de Censura al rector, a pesar de que la anterior fue cancelada al negarse varios claustrales del estudiantado a firmarla. En la reunión del miércoles pasado, las estudiantes se manifestaron a favor de que sus representantes apoyaran esta moción, abriendo una vía comunicativa y diplomática para solucionar y expresar sus derechos. Esta sería una moción destructiva, por lo que no se convocaría a un nuevo rector, sino que se iría a elecciones.

El lunes 18 empezaron los primeros piquetes y reuniones para tratar la moción de censura, mientras esperan una respuesta de rectorado ante estas movilizaciones estudiantiles.

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