Iosu Del Moral | Durante los próximos 24, 25 y 26 de agosto se celebrará en Iparralde, en la zona norte de Euskal Herria, concretamente en el municipio de Biarritz, la cumbre del G7. Encuentro en el que tomarán parte los/as mandatarios/as y responsables económicos/as de los siete países más neo-liberales del planeta. En esta ceremonia además de estrechar lazos entre ellos/as, marcarán algunos de los ejes estratégicos de su hoja de ruta, con el fin de preservar su estatus hegemónico de poder dentro de las relaciones económicas internacionales.

Acontecimiento al que, además de los siete estados, llegarán responsables políticos/as y económicos/as, a modo de invitados/as, entre los/as que no faltará la caricatura de Pedro Sánchez. Un tipo capaz de ganar unas primarias de su partido al son de la internacional socialista, versión light, para poco después echarse una vez más en brazos de los poderes financieros. No está de más recordar siempre que la socialdemocracia hace tiempo ya que se convirtiera en una parodia de sí misma, para pasar a ser una pieza más en el engranaje de la máquina capitalista.

Por supuesto el acto estará acompañado de todas las medidas de seguridad que sean necesarias para que todo transcurra con normalidad. Para ello se prepara un dispositivo sin precedentes. Desde la llegada a la zona de más de 10 mil hombres y mujeres pertenecientes a la gendarmería francesa, un control de fronteras pocas veces visto, el cual comenzará una semana antes, a prácticamente el cierre del centro de la ciudad restringiéndolo casi por completo a los/as asistentes a dichas jornadas. Evidentemente sin reparar en lo que semejante operativo pueda afectar a todos/as los/as trabajadores/as que a diario transitan por toda la zona fronteriza, como a toda la circulación derivada de la temporada estival, o qué decir de los/as propios/as habitantes del territorio que verán alterada su rutina del día a día. Por no hablar de la dificultad que está suponiendo la organización de aquellos/as que quieran acercarse a mostrar su malestar y repulsa a dicha celebración, negando incluso derechos tan fundamentales como el de manifestación.

Desde ambos lados de Euskal Herria se llevan meses preparando el conjunto de acciones que diferentes agentes sociales, políticos y sindicales quieren llevar a cabo. Sin duda la prioridad de todos/as ellos/as es poner en el centro de la reivindicación a las personas. Mientras ellos/as siguen reclamando la supremacía del vil metal sobre todas las cosas, algunas personas continúan empeñadas en denunciar que la gente no puede estar supeditada a los designios del mercado.

Es cierto que la lucha proporcionalmente sigue siendo la de David contra Goliat, en la cual cuesta mucho combatir al capitalismo. Ese asesino invisible que de manera camaleónica es capaz de transformarse y adaptarse constantemente, gracias a esa preciada victoria que desde hace tiempo ostenta y utiliza para jugar con ventaja, que no es otra si no la conquista del relato. Relato que ha conseguido introducirse hasta las mismas entrañas del ser humano y de su imaginario, donde cuanto más dinero tengas y cuanto más puedas consumir y obtener bienes y servicios, más plena será tu vida. Y donde nadie pone en duda un sistema que supuestamente ofrece bienestar a cambio de una cómplice sumisión, tachando de perro/a flauta, vago/a y demás, cuando no de antisistema o peligroso/a terrorista, a aquellos/as que plantean una alternativa al yugo de los privados.

Así que sí, de lo que no cabe duda es que durante esos días las calles de Biarritz se llenarán de antisistemas. Pero no entendido como aquellos/as activistas llegados/as desde muchos lugares de Europa con el fin de confrontar de manera legítima un sistema injusto y cruel, sino que se llenará de los/as verdaderos/as antisistemas. Los Macron, Trump o Merkel, verdaderos/as antisistemas de esta historia, capaces de aplicar políticas que suman a las sociedades en una existencia hueca de valores humanos y, por el contrario, llena de una feroz competitividad y de una desmesurada avaricia que nos aboca a la imposibilidad de un desarrollo pleno y solidario de convivencia entre los distintos pueblos.

Iosu Del Moral es militante Antikapitalistak Euskal Herria y Secretario General de Podemos Donostia.

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