4 de diciembre de 1977, Málaga

Manuel García Caparrós

El año 77 fue para Andalucía especial, ya que se decidía si los andaluces éramos capaces de gobernarnos por nosotros mismos y nos podíamos ganar el estatuto de autonomía como el resto de provincias o por el contrario nos teníamos que quedar en una categoría inferior.

Para conseguirlo, cientos de manifestaciones se sucedieron por toda la geografía del sur de España y Málaga no fue diferente al resto. En la manifestación del 4 de diciembre más de 200.000 personas se agolparon en la calle, y aunque se dio permiso tanto para la manifestación como para que la bandera andaluza ondease en los edificios oficiales, Francisco “Pancho“ Cabezas, gobernador civil de Málaga y próximo al Frente Anticomunista Español (FAE), hizo caso omiso de la orden y no colgó la bandera.

Cuando la manifestación llega a la Diputación, al ver que la bandera no está presente, empiezan los abucheos, quizá debido también a que en los soportales del edificio hay un grupo de falangistas con la camisa azul y el brazo en alto insultando a los manifestantes y protegidos por la Policía Armada.

Llegado el momento Juan Manuel Trinidad Berlanga, se encarama al balcón y cuelga la bandera blanca y verde. Justo lo que estaban esperando los antidisturbios, ya que a continuación se produce la carga de la policía con pelotas de goma y botes de gas lacrimógeno. Y no sólo con pelotas y botes, un sargento dispara balas de verdad y una de ellas alcanza a Manuel García Caparrós, trabajador de la fábrica de cervezas Victoria de 18 años, que le produce la muerte instantánea.

Poco después el periodista Rafael Rodríguez califica lo ocurrido de asesinato, y es cuando Martín Villa reproduce su famosa frase lo suyo son asesinatos, lo nuestro son errores. Un día después la guardia Civil entra en el estudio de Radio Juventud y le pega una paliza al periodista.

Como siempre el caso se abrió bajo la promesa de que se investigaría a fondo cayera quien cayera y después de 7 años el caso se sobreseyó, no se juzgó a nadie y el sumario desapareció misteriosamente de los Juzgados de Málaga.

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