Pepe Mejía | Vakhtang Enukidze falleció, el pasado sábado 18 de enero, a causa de una brutal paliza propinada por al menos 8 policías antidisturbios que ingresaron –el viernes 17– en su celda en el Centro de Permanencia para la Repatriación (CPR) de Gradisca en Italia.

Diversos testimonios afirman que a Vakhtang Enukidze, de origen georgiano, le propinaron golpes por todo el cuerpo y al caer al suelo lo vieron “golpearse fuertemente la cabeza contra un muro”. Una vez en el suelo, los antidisturbios italianos le esposaron y arrastraron por el suelo “pisándole el cuello y la espalda”.

Compañeros de Enukidze afirman que después de la brutal paliza no se podía mantener en pie y que en la noche se cayó de la cama. Después ya no se pudo mover ni quejarse. En la mañana los compañeros lo encontraron inconsciente, no tuvo asistencia médica.

Desde la Plataforma CIES NO de Madrid manifiestan “el firme rechazo y denuncia pública de la muerte violenta de Vakhtang Enukidze y solicitamos a las autoridades italianas competentes el esclarecimiento de los hechos y pedimos justicia para la víctima”.

Asimismo, ofrecen su apoyo a las movilizaciones convocadas desde Italia que tendrán lugar desde el lunes 27 hasta el 2 de febrero “en memoria de Vakhtang, por el cierre de los CPR y la liberación inmediata de todas las personas recluidas».

Finalmente hacen un llamamiento a colectivos y entidades sociales de España y Europa a involucrarse en la denuncia y el cierre de los Centros de Internamientos para Extranjeros (CIE), adopten el nombre que adopten. “Por contravenir leyes de derecho internacionales y por la vulneración de derechos humanos que tiene lugar en ellos. Por ser lugares “ilegales” de impunidad, opacidad y sufrimiento”.

El CPR de Gradisca, situado en la región italiana Friuli-Venezia-Giulia, está gestionado por la cooperativa padovana EDECO, ya conocida por otros escándalos concernientes al mal estado y gestión de varios centros de acogida en Italia. El CPR había comenzado a funcionar el pasado 17 de diciembre, a pesar de las críticas recibidas y las movilizaciones locales contra su apertura. Con capacidad para 150 personas detenidas, se trata de una auténtica cárcel étnica, donde para ser recluido sólo es necesario no tener la documentación en regla. El centro había sido previamente clausurado en 2013 debido a las revueltas internas, donde otro joven, Majid, perdió la vida tras los muros.

La Plataforma CIES NO de Madrid insta a “las autoridades políticas de España y la Unión Europea a no ponerse de lado y afrontar con valentía el cierre de los CIEs en favor de otras alternativas garantistas con los derechos humanos”.

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