YO TAMBIÉN ME IRÉ
Recorrimos juntas los años fugaces de estas tierras vacías.
Un parpadeo instantáneo que robó nuestras bicicletas
y os puso en las manos un carrito al que empujar.
El mar de nuestros veranos
llevaba olas doradas y marea de arcilla seca.
Y cielos eternos ahora ignorados por cabezas sumisas,
doblegadas en reverencia a un asfalto
ciego de esperanzas y colores.
Hoy contemplo lo que resta como quien respira vida por última vez.
Los mismos pastos y horizontes abrazan el pedaleo estival
de aquella simiente huera que arrastró el viento,
pero que no germinará aquí.
Me costará desenterrar mis pies de este suelo yermo,
como vosotras ya hicisteis,
alejar mis sentidos del silencio ensordecedor que acompaña las despedidas.
Desprender mi mañana de un ayer,
que clama al aire un no te marches.
Me costará saber que con cada ausencia,
mueren las raíces que tanto nos unen.
En el lienzo del erial
ocre adiós de otro mes baldío.
(Eva Cano)