8 de enero de 1980, Bilbao

Ana trabajaba de maestra enseñando euskera con 19 años. Una mala noche volvía a su casa cuando unos indeseables la interceptaron en el camino. Nunca más la volvieron a ver con vida ya que la secuestraron, violaron, acuchillaron y finalmente la estrangularon con su propio cinturón.

Aunque todo apuntaba a que el crimen fue hecho por grupo de extrema derecha como el Batallón Vasco Español, nunca se investigó el crimen. Menos mal que hay gente que no se para fácilmente ante las dificultades, una de estas personas fue la abogada feminista Ana Ereño, quien intentó investigar el crimen. Un día, al entrar a casa se la encontró totalmente destrozada y con una pintada en la pared que rezaba: “Marxista. Cerda. Te vamos a violar. FN (¿Fuerza Nueva?)”. Nunca se supo quién había hecho estas amenazas, pero lo que sí pasó es que la detuvieron en 1982 por presunta colaboración con ETA.

Aunque no se pudo demostrar sus relaciones con la banda armada, el comisario Leoncio Castro López se empleó a fondo con ella, dándole puñetazos y patadas mientras los agentes a su cargo se reían de la escena.

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