Nuestro compañero Miguel Urbán, diputado en el Parlamento Europeo, se encuentra estos días en Chile con una delegación del Grupo Parlamentario de la Izquierda Unitaria Europea desde el pasado lunes 28 de octubre. Hablamos con él para que nos cuente sus impresiones sobre la situación dramática que se está viviendo en este país.
Hola Miguel, la movilización ¿Sigue siendo un movimiento masivo o ha perdido fuelle? ¿Cuáles son sus formas de organización y cómo se coordina?
Se trata de una movilización que ha desbordado tanto al gobierno como a las organizaciones tradicionales de izquierda y a los sindicatos. El martes está convocada una marcha muy importante y el miércoles 30, con el nuevo paro nacional se mostrará la fortaleza del movimiento.
El lunes cuando llegamos, el Gobierno anunció una modificación sustancial del gabinete de gobierno, cambiando a ocho de los principales ministros intentando hacer un lavado de cara que pudiera desarticular la movilización popular. Los próximos días serán fundamentales para ver si este intento por parte del gobierno de intentar volver a una cierta normalidad, una vez que ha cambiado el gobierno y que ha retirado por el momento el estado de excepción se consigue, o por el contrario el movimiento popular continúa.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones por parte del movimiento popular?
Estamos en una situación desbordante en donde se mezclan reivindicaciones como podría ser la reversión de las privatizaciones, la sanidad, la educación, el agua, cuestiones también del territorio, con reivindicaciones más generales. El movimiento popular ya no sólo está pidiendo la renuncia de Piñera sino que empieza hablar de la necesidad de un proceso constituyente. La consigna que todo el mundo repite es que no se trata ya de una cuestión de 30 pesos, que es lo que subió el billete del metro sino que es una cuestión de 30 años: 30 años de neoliberalismo, 30 años de una democracia pactada, de una transición que heredó todos los males de la dictadura de Pinochet. No hubo una depuración de las fuerzas de seguridad del Estado cómo se está viendo en la represión de estos días. Se mantuvieron las políticas antisociales que han hecho que Chile sea el principal alumno en el laboratorio neoliberal de América Latina. Es brutal ver uno de los principales ríos de Santiago y que los propios manifestantes digan ese río ni siquiera es nuestro, es de los ricos que viven en los cerros.
Si bien el movimiento no tiene portavoces visibles sí que tiene una expresión muy interesante en cómo la gente que participa y lleva sus reivindicaciones en su pancarta expresando qué es lo que quiere. La verdad que la de proceso constituyente, al menos en las movilizaciones que vimos ayer, era la que estaba más presente.
Nos han llegado noticias de una represión muy fuerte, ¿podrías contarnos más? ¿De qué hechos represivos has tenido constancia? ¿Quién piensas que es responsable de estas acciones?
Este proceso se enfrenta a una respuesta brutal por parte del Estado. Estuvimos reunidos con representantes de más de 30 organizaciones defensoras de Derechos Humanos y las denuncias que nos han hecho llegar son verdaderamente dramáticas, de una represión tan brutal que sólo se puede explicar dada la permanencia en los aparatos del Estado y el ejército de los elementos represivos de la dictadura de Pinochet.
Nos dan un dato que es escalofriante: han desaparecido más personas en este mes que en los últimos 3 años de la dictadura de Pinochet. Estamos ante más de 5000 detenidos, más de 2000 heridos y más de 130 personas que han perdido la vista. Ha habido mutilaciones de manifestantes, hay denuncias de la creación de centros de detención y tortura clandestinos en la propia ciudad de Santiago, en estaciones de metro cerradas por la policía dónde se ha metido a gente a torturarla.
Se nos ha señalado la utilización de la violación como un arma de represión y de guerra: violaciones a transexuales, violaciones a mujeres, violaciones a militantes sociales. Parece ser que hay una autopsia que revela como varios cuerpos que supuestamente murieron en un incendio en supermercado debido a un supuesto asalto, habían sido muertos por disparo y dejados en el supermercado que se incendió para que fueran contabilizados como muertes por los saqueos, lo que nos parece extremadamente grave. Creo que es muy importante que se aclaren y se depuren todas las responsabilidades
Lo que está pasando aquí tan salvaje que podría caracterizarse como una especie de golpe blando por parte de Piñera y del Ejército, ante un pueblo que lo único que pide es acabar con la desigualdad y que exige dignidad, una vida que merezca la pena ser vivida. La respuesta que estamos viendo por parte del Gobierno, de la derecha y de las élites es brutal. Hemos visto un presidente que saca al ejército a la calle, algo que no pasa desde la dictadura lo cual también ha generado una situación de pánico entre la población. Nos han contado cómo la gente ponía los colchones en las puertas y ventanas de sus casa para bloquear posibles disparos. Vimos pancartas cuando estábamos en el centro de la manifestación que decían “dejen de tirar gas aquí viven familias.”
Sobre todo hemos visto un presidente y un gobierno que ha dicho que estaban en guerra contra un enemigo muy fuerte, un enemigo interior. Este enemigo de Piñera es el pueblo. Un presidente que declara la guerra a su pueblo solo tiene una salida y es irse al basurero de la historia. Yo creo que la movilización popular le quiere mandar al basurero de la historia.
Sabemos que te has reunido con diversas organizaciones políticas de la izquierda, ¿Cuáles son los principales actores de la izquierda y qué papel están jugando en la movilización?
La izquierda está sobrepasada. A la izquierda chilena esto le cogió totalmente a contrapié, nadie se lo esperaba. Recuerda a cómo en en marzo del 68 se decía “Francia se aburre”. Pues cuando desde Chile se veían las movilizaciones en Ecuador, se decía “esto no puede pasar aquí”.
Es una movilización multiforme sin una cabeza visible, sin intermediaciones sociales clásicas que se convoca por redes sociales. Veremos qué capacidad tiene la izquierda y el movimiento obrero organizado chileno para poder acompañarlo y para poder aportar una organización necesaria para que la consigna de proceso constituyente llegue a buen puerto.
¿Qué papel puede tener la solidaridad internacional para que haya un desenlace progresivo de la crisis en Chile?
Yo creo que estamos en un momento de disyuntiva: en poco tiempo se puede avanzar lo que no se ha avanzado en décadas en Chile en conquistas sociales, se puede abrir un horizonte de cambio en Chile como hace hace tiempo no se soñaba. Pero también hay un peligro: no hay que descartar un giro autoritario por parte de las élites chilenas, y que se destruya el movimiento popular con una represión sostenida en el tiempo. Ahora mismo la balanza se puede decantar hacia una salida a favor del movimiento popular o una salida hacia un giro autoritario.
Creo que la izquierda internacional se tiene que tomar muy en serio lo que está pasando en Chile, también porque guarda relación con la disyuntiva que se está dando a nivel internacional. Creo que una victoria en Chile sería un ejemplo a seguir no solo en América Latina sino también en otras partes del mundo. Estamos viendo un contexto convulso con movilizaciones en Honduras, Líbano, Guatemala, Ecuador, Irak… En tantos sitios estamos viendo un renacer de la protesta social ante el hartazgo con el neoliberalismo autoritario y no podemos perder la batalla de Chile. La batalla de Chile no es sólo de los y las chilenas, es de todas aquellas que creemos que el mundo puede cambiar de base. Tenemos que organizar la solidaridad internacional necesaria con el pueblo chileno.