Maureen Zelaya Paredes | Hoy se ha hecho público el nacimiento de Sintrahocu, el primer sindicato en todo el Estado de trabajadoras del hogar y los cuidados. Con este paso se constituye así un proyecto que desde hace tiempo viene debatiéndose y estudiándose en los diferentes espacios en los que las trabajadoras del hogar y los cuidados vienen autorganizándose.
Distintas entidades y personas que llevan años colaborando para la dignificación de las condiciones laborales de estas mujeres han formalizado el registro de la organización que aspira a organizar al sindicar al mayor número posible de estas empleadas en todo el el Estado español dándoles voz propia y no subordinada a ninguno de los grandes sindicatos. Las trabajadoras del hogar dan con esta iniciativa un paso al frente en su exigencia de estar presentes en las mesas de negociación institucional “porque los sindicatos actuales no están legitimados para negociar en nuestro nombre y solo les interesa la concertación patronal” han afirmado fuentes de la nueva formación.
Un sector que como mínimo se calcula que agrupa a 600.000 trabajadoras, posiblemente muchas más ya que una parte importante se ve obligada a trabajar sin contar con un contrato. Un sector compuesto en una parte muy importante por trabajadoras migrantes, donde las leyes de migración conectan con un mercado laboral pensado para excluirlas como trabajadoras con derechos. La propia crisis sanitaria ha demostrado el papel imprescindible que estas trabajadoras realizan para el conjunto de la sociedad. Situación que han vivido con gran dificultad, pues a pesar de la grave crisis sanitaria su trabajo se ha multiplicado. Guías como las puestas en marcha por el colectivo Trabajadoras en Acción, ahondan en la necesidad de reforzar los derechos laborales de estas trabajadoras. De la misma forma que consideran “insuficiente el subsidio extraordinario aprobado por el gobierno central y defienden la necesidad de un sindicato independiente de los mayoritarios”. Pues como vienen reclamando desde hace muchos años “queremos hablar con voz propia. Que no sean los demás quienes hablen por nosotras”.
Las sindicadas lucharán por la ratificación del Convenio 189 de la OIT que contempla su inclusión en el régimen general de la Seguridad Social para ser consideradas como el resto de sectores productivos. Inclusión en el Estatuto de los Trabajadores y en la Ley de prevención de Riesgos Laborales y, en tercer y último lugar, la derogación de la Ley de Extranjería que pone a las trabajadoras migrantes en una situación de vulnerabilidad frente a la explotación.
Las trabajadoras, que enviaron un comunicado al Gobierno demandando una vez más la protección de derechos para el colectivo, se han mostrado indignadas también con la labor del gobierno por haber sido excluidas de las medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social de la Covid-19. Consideran que el subsidio extraordinario aprobado no es suficiente ya que deja a un lado a las personas que se encuentran en situación administrativa irregular y contempla un pago del 70% sobre la base de cotización, olvidando por completo que en el sector no se cotiza por el valor real. Dicha subvención tampoco da alternativas a las internas que se quedaron sin trabajo después de la muerte de su empleador/a.