Lorena Cabrerizo | Hoy martes 11 de agosto, y tras casi un mes de lucha, el colectivo de MIR (Médicos Internos Residentes) da por desconvocada la huelga tras alcanzar un acuerdo de mínimos con la Consejería de Sanidad del gobierno de Díaz Ayuso y establecerse un calendario de reuniones para acometer los compromisos que requieren de un desarrollo posterior.
Hay que recordar que el pasado 13 de julio el colectivo de médicos internos residentes iniciaba una huelga para exigir, tal y como se resumía en el lema «no me explotes, fórmame», la regulación mediante convenio colectivo de sus condiciones formativas y laborales. El incumplimiento de dichas condiciones, que se venía arrastrando desde hacía mucho tiempo, se hizo visiblemente notorio con motivo de la pandemia, circunstancia que expuso al colectivo a situaciones límite siendo aún personal en formación. Tras una respuesta ejemplar y una vez que se logró superar el colapso de la sanidad, no dudaron en iniciar una huelga que ayer obtuvo su primera victoria.
El acuerdo alcanzado contempla compromisos en los tres ámbitos en los que se establecían sus reivindicaciones: formativo, organizativo y retributivo. Los diez puntos el documento se resumen en el cumplimiento del proceso formativo necesario para completar la especialización médica, la obligatoriedad del descanso diario estipulado tras la realización de guardias, el cumplimiento del abono regulado para la guardia localizada, la mejora de los lugares de descanso, así como la percepción del importe completo de las pagas extra en los meses correspondientes y el incremento del complemento de grado.
No cabe duda de que este acuerdo, cuya implantación está fijada para inicios de septiembre, es una primera victoria de este colectivo que no sólo está luchando por mejorar sus condiciones particulares, sino por la mejora de la sanidad pública en su conjunto. Es responsabilidad de toda la sociedad exigir su cumplimiento en tiempo y forma, así como denunciar cualquier obstáculo que, desde la administración autonómica, retrase o impida su ejecución.
Una vez más, la huelga se confirma como el mejor mecanismo para luchar colectivamente por los derechos laborales pero no solo, ya que esta huelga, protagonizada por un sector que aún no forma parte de las plantillas estructurales de los centros médicos, también ha señalado la necesidad de defender el derecho a la salud de toda la sociedad. Una victoria que, sin conocer aún su dimensión y alcance, ha impedido el avance de un modelo capitalista neoliberal basado en la explotación laboral y la expropiación de lo público.