NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) de Francia | Las cifras de movilización del jueves 19 de enero fueron históricas, con 1,2 millones de manifestantes según la policía, más de 2 millones según la intersindical, índices de huelga altísimos (con participación también excepcional del sector privado), movilizaciones masivas en todas las ciudades. ¡Durante este tiempo, de forma despreciativa ocultando información, Macron y buena parte del gobierno estuvieron en España! ¡Y la presentación del proyecto de ley al Consejo de Ministros el lunes confirma que su objetivo sigue siendo hacernos trabajar más tiempo y por pensiones más bajas!
Más allá del rechazo de esta contrarreforma, se expresa un real hartazgo de la situación económica y social general: tras las contrarreformas anteriores, las pensiones ya eran bajas, la inflación actual reduce aún más el poder adquisitivo de las capas populares. La ira está ahí, contra Macron, contra este gobierno, contra su desprecio, contra sus políticas injustas.
El gobierno quiere bajar los impuestos al empresariado, eventualmente privatizar el mercado de pensiones e infligirnos una derrota histórica. Para ello, nos hace creer que no hay alternativa: insuficiencia de fondos para pagar las cotizaciones de un número creciente de personas jubiladas, mayor esperanza de vida, imposibilidad de aumentar los impuestos y las cotizaciones “patronales”. Por lo tanto, sería necesario trabajar dos años más para una pensión más baja… ¡Peor aún, el Módem, un partido aliado de Macron, acaba de proponer aumentar la duración del tiempo de trabajo semanal a 35,5 horas!
¡Hay dinero!
La jubilación a los 60 años con 37,5 anualidades y una pensión calculada sobre los 10 mejores años, tanto en el sector público como en el privado, pesaría alrededor del 3% del PIB. Realmente gravar a los ricos y las grandes corporaciones haría más fácil encontrar ese dinero.
El propio presidente del oficialísimo Consejo de Orientación de Pensiones (COR), acaba de recordar que los argumentos utilizados por el Gobierno son engañosos: «El gasto en pensiones se ha estabilizado globalmente e incluso a muy largo plazo, está disminuyendo en tres hipótesis de cuatro En la hipótesis más desfavorable, aumentan sin aumentar muy, muy significativamente […]. Por lo tanto, el gasto en pensiones no está disminuyendo, está relativamente bajo control …
Estas declaraciones confirman que la retórica del gobierno no sólo es falsa sino fundamentalmente procapitalista y antipopular. No se trata de “salvar el sistema de pensiones ”, sino cargar cada vez más miles de millones sobre nuestras espaldas para entregarselos a las más ricas y grandes empresas. Puede que piensen que «cuanto más grande, más anda», pero las cosas empiezan a notarse y es bastante normal que se exprese el hartazgo.
Impulsar la huelga general para ganar
El sábado pasado, decenas de miles de nosotros salimos a la calle con la «marcha por nuestras pensiones». Convocado en particular por organizaciones juveniles y diversas fuerzas políticas, este evento fue un éxito.
Los sindicatos convocan un día de huelga el martes 31 de enero. Después del éxito del jueves 19, sin duda habría sido necesario establecer una fecha anterior para comenzar. Ahora se trata de movilizar a todos los niveles para elevar la presión. Organizar asambleas generales en los centros de trabajo y estudio, impulsar asambleas intersectoriales, discutir la necesidad de prepararse para la reanudación del paro desde el martes 31 de enero, desde el miércoles 1 de febrero. No es en Parlamento ni por referéndum sino en las calles y con el paro que podemos ganar.
Este movimiento es una prueba: si pasa la contrarreforma, el gobierno se sentirá fuerte y acelerará los ataques. Por el contrario, si ganamos, podemos cambiar el rumbo, arrancar la vuelta a la jubilación a los 60 años, aumentos salariales, bloquear la nueva ley racista promovida por Darmanin y todos los demás ataques que pretenden llevar a cabo.
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