Daniel Moreno Fernández | En mayo del 2016 el Ayuntamiento de Madrid abrió las compuertas de las presas del río Manzanares en su paso por el tramo urbano de la capital con el objeto de renaturalizar el río. El plan de restauración del río Manzanares cuenta con el aval técnico de la Conferencia Hidrográfica del Tajo asegurando, de esta forma, la seguridad de la población frente a las irregulares avenidas características en sistemas mediterráneos.
A los pocos meses de la apertura de las compuertas, el río comienza a diseñar su propio recorrido entre los muros del canal. Aparecen acumulaciones de sedimentos y se empiezan a distinguir meandros e isletas. Tras un año de la supresión de los obstáculos fluviales la vida se adueña del río a su paso por la capital. Una multitud de especies animales y vegetales pueblan el río con una celeridad inesperada. Aparecen sauces, chopos, galápagos leprosos y garzas reales entre otras especies.
En un año se consiguió renaturalizar el río Manzanares tras una mínima intervención humana. Sin embargo, los aspectos positivos no venían únicamente desde la mejora de la biodiversidad y de la recuperación del ecosistema sino que se lograron avances desde un punto de vista paisajístico y estético así como desde una perspectiva de identificación social para con el río. No era raro ver pasear a grupos de personas y pararse a mirar a los animales recorriendo el río, escondiéndose en la vegetación o alimentándose.
Sin embargo, tal y como reza el dicho popular “nunca llueve a gusto de todos”. A la altura de la presa 9 se sitúa un club de remo. La puesta en marcha del plan de renaturalización del río Manzanares impide la acumulación de agua en la presa 9 y así la actividad de remar en el río desaparece.
Presiones del club de remo consiguieron que en julio del 2018 se cierre la presa 9 para que se acumule agua suficiente para volver a poder a remar. Esta acción ha arruinado en gran medida los avances ecológicos, sociales y paisajísticos que se habían logrado con la apertura de las compuertas río. Prácticamente 1 km aguas arriba de la presa 9, ha desparecido toda la vegetación y riqueza faunística ha caído en picado debido al embalsamiento del agua.
Se parte de la base de que un sistema natural o seminatural debe ser mutifuncional permitiendo la provisión conjunta de distintos bienes y servicios. Sin embargo, en ningún momento se puede asumir que la voluntad de unos pocos, el club de remo en este caso, esté por encima de los intereses de la mayoría. Tampoco se trata de eliminar la actividad de remo sino de buscar una alternativa que no pase cerrar la presa echando por tierra las mejoras ecológicas, sociales y paisajísticas.
En esta línea, Ecologistas en Acción, promotores y defensores de la renaturalización del río Manzanares, convocó el pasado viernes 13 de julio una concentración con el lema “Es un río, no canal” en la presa número 9 del río Manzanares. Alrededor de 100 personas acudieron a la convocatoria exigiendo que se vuelva a abrir la presa y que el río se renaturalice.
Nos unimos a las demandas de las vecinas de Usera, Arganzuela y Carabanchel (los distritos adyacentes a la zona del río afectada) así como al resto de la ciudadanía madrileña exigiendo la apertura de la presa. Hemos sido testigos de la velocidad con la que el río se renaturalizó en 2016 por lo que confiamos en su capacidad de recuperación una vez cese la actual perturbación, el cierre de la compuerta de la presa 9.