TERRITORIO Y FRAGILIDAD
Conozco un no-lugar suspendido entre dos lugares. Un espacio sin identidad igual a otros donde el tiempo acecha fuera sin atreverse a entrar donde nada sucede salvo la nada de la espera. Es la inexistencia de las coordenadas espaciales la dimensión alucinada. «Buen viaje» repiten mecanos sin deseo vacío el lenguaje al sellar el rostro de busto remoto que ya no te pertenece. «Buen retorno a la vida». Puerta 146 y es cada una igual a todas umbrales idénticos de otros mundos —dónde estoy se miran unos a otrosa dónde pertenezco dónde mi lugar—. En el nuevo laberinto rizoma los carteles señalan gritan acusan: Pasajeros en tránsitoen trance
y unos seres como pequeñas cobayas sufrientes se revuelven inquietos en sus asientos cegados por luces de colores aturdidos por puertas corredizas escaleras mecánicas señales refulgentes avisos sonoros desesperados por la incomodidad de no estar en ninguna parte por el dolor de vivir en la grieta que separa quienes hemos sido de quienes vamos a ser en unas horas. Por la angustia de no pertenecer aún a nada.Ya no estoy aquí,
pero todavía no he llegado.
en tránsito
en tránsito
en tránsito
en tránsito
donde cada uno aguarda
su propio trasplante.